domingo, 31 de diciembre de 2017

Día 23 de noviembre de 2017 - Despedida y vuelta triste a casa


A la mañana, desayunamos despacio para aprovechar hasta los últimos instantes, nos sacamos la foto de grupo, les agradecemos por todo, nos despedimos deseando suerte y cuidado en el resto de la vereda.


Los vemos marchar entre los árboles y nos volvemos.


Tras la presión que ejercieron los pastores sobre José Luis ¡volvimos a por otra tanda de churros!



Autores: Paula Arrondo, Sara Cuello, Naiara Mora, Verónica Morales, Aina Quintana, Laura Ramos, Leticia Roanes e Isabel Salillas
Profesor acompañante: José Luis Olleta

jueves, 28 de diciembre de 2017

Día 22 de noviembre de 2017 - Adivina, Adivinanza

Por la mañana, mientras atravesamos Sierra Morena, un choto salta la valla y Vidal tiene que ir con alicates para sacarlo, al cogerlo bala como si no hubiera un mañana.

Tras este suceso pasamos la mañana entre acertijos y adivinanzas: 

- ¡Buenas, Mayoral de 20 ovejas!
- ¡No! Hasta que no tenga el doble de estas y la mitad de estas no tengo 20
- ¿Cuántas tiene? 
- 8 (8*2) + (8/2) =20

Comemos al lado de una finca con plaza de toros cubierta donde hacen tientas del ganado.

Por la tarde vivimos un momento épico donde Problemas se encuentra con algunos familiares lejanos (caballos), ante la emoción de este momento Problemas se puso a trotar cual corcel y llega de nuevo con las aguaderas volcadas a donde se encontraba Ismael.



También vimos ciervos y muflones, atravesando las fincas de varios personajes, una de ellas “de los alemanes” en Navalasvacas, donde teníamos que ir abriendo y cerrando varias puertas del vallado; cosa que no debería suceder pues en la Cañada Real no debería haber nada que obstaculice el paso de los animales.

Llegamos a un pozo, donde los animales se vuelven locos por ir a beber, tras muchas horas de caminata donde presenciamos una típica escena de la sabana Africana.


Llegamos a acampar en el Cerro del Alcornoque. Solo queda uno, así que dentro de poco será el Cerro del Ex-Alcornoque.

Autores: Paula Arrondo, Sara Cuello, Naiara Mora, Verónica Morales, Aina Quintana, Laura Ramos, Leticia Roanes e Isabel Salillas
Profesor acompañante: José Luis Olleta

lunes, 25 de diciembre de 2017

Día 21 de noviembre de 2017 - ¡Andalucía, cuando serás mía!

Como diría Ismael “Como iba diciendo mis pequeños vocalillos ... “ : Para nuestro asombro había agua en el arroyo, de esta manera podíamos adelantar la parada: "¡Mi'a que chorra!"
La única explicación que se les ocurría era la teoría del agua, que cuando se aproxima lluvia rezuman los manantiales.



Que le haría Laura a Problemas, que cuando se acerca sale corriendo ... no será peor que Vero con la vara.

Seguimos el camino con Iván, un amigo de los pastores, que nos acompaño un trozo en esta parte. Ante un pequeño despiste, se nos dispersaron las ovejas a una zona más alta y de nuevo pudimos comprobar que no es nada fácil controlar a un rebaño tan grande, además sin los perros habría sido casi imposible bajarlas y alejarlas de los olivos.


Esa tarde tuvimos la sensación de entrar a Andalucía por la puerta falsa, y no por Despeñaperros. 

Llegamos a un pozo, del cura (¡agua bendita!) y damos de beber a los perros y un poco a las ovejas porque no iba la bomba.


Aprovechan y se duchan las cabezas los pastores, que falta les hace, jajaja.

Seguimos por un valle, al otro lado se divisan casas, cortijos andaluces que nos llamaron la atención: hermosos, blancos, cada uno con su finca.

Al cuarto día, ya nos sabíamos de memoria los mandamientos del pastor:

1-      Comerte el mejor cordero
2-      Con las ovejas comete to' el mundo
3-      Saber comer sopas en el caldero
4-      Comer después de harto
5-      No decir la verdad ni a Cristo
6-      Pastor nunca debe olvidar merienda por alto y manta por bajo

Nos vamos entreteniendo con los chistes de los pastores: 
¿Cómo metes 4 elefantes en un 600? 2 delante y 2 detrás.
¿y cómo los sacas de un pozo? Mojados. 
¿Y de un barril de vino? Con dos trompas.

Después de la comida las hateras, Laura e Isa se van con la puerta lateral abierta, Vero se da cuenta y les hace señas con las luces y pitando desde detrás hasta que Isa se baja en marcha y la cierra.

Tras la cena, nos sentamos al calor de la hoguera e Ismael nos repite una de sus frases más célebres: "En la cama siempre hay algo que hacer ..."

Autores: Paula Arrondo, Sara Cuello, Naiara Mora, Verónica Morales, Aina Quintana, Laura Ramos, Leticia Roanes e Isabel Salillas
Profesor acompañante: José Luis Olleta

viernes, 22 de diciembre de 2017

Día 20 de noviembre de 2017 - Problemas escapista

Tras llevar media mañana caminando, empezamos a preguntarnos entre nosotros dónde estaba Problemas, pues llevábamos un rato sin verlo. Vidal se adelantó a la cabeza del rebaño a ver si estaba ahí con Ismael, pero nuestras sospechas se confirmaron: Problemas había desaparecido. Leti, Vero y Sara retrocedieron para buscarle. Tras un intento fallido, finalmente Vidal logró encontrarlo: Problemas estaba ligando. Se había metido en un cortijo donde había unas burras, su curiosidad hizo que el pastor eléctrico que había le pegara un chispazo, cayeron las aguaderas y debido a eso se quedó ahí quieto. Por todo ello la jornada se retrasó una hora, tiempo en el que los hateros aprovecharon a dar un toque personalizado a las furgonetas… Después de haber comprado provisiones en el pueblo y tomado chocolate con “churros” más bien porras, ¡más buenos que para que! 




Llegamos a un alto de valle, en el que Paula se sube al burro, y que Vidal explica que iba a "trasconejarse" como la Rogelia.



Autores: Paula Arrondo, Sara Cuello, Naiara Mora, Verónica Morales, Aina Quintana, Laura Ramos, Leticia Roanes e Isabel Salillas
Profesor acompañante: José Luis Olleta

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Día 19 de noviembre de 2017 - Pasas - Pasote

A la lumbre tomamos café y magdalenas, para despertar y entrar en calor. Pasamos por el pueblo con el rebaño y de las casas salían las mujeres a proteger sus flores, ya que los hambrientos animales se tiraban a por un bocado refrescante, aquí la cañada tiene 36 metros, medido de puerta a puerta.



Pasado el pueblo nos adentramos en un paisaje árido, arcilloso y pedregoso, menos mal que el rebaño se podía aprovechar de los viñedos por el camino y de lo que no son viñas también.



Llegamos al puente del pantano, donde nos esperan los hateros y la Guardia Civil para ayudar a pasar cortando el tráfico. En el embalse medio seco, aún podían abastecerse todos los animales sedientos por la falta de lluvias.

Almorzamos en el alto, muy bueno y rico todo; al bajar, pasamos la tarde saltando de sombra en sombra, esquivando el sol achicharrador y justicioso; charlando con Vidal, nos explica lo que es el Gaspacho, una torta dura (parecido a las migas) y con patata.


 ¿A la noche, qué pasa con las pasas?
Tomamos tentempié de cóctel de frutos secos y … pasas ..., resulta que la mayoría del grupo las aborrecen. Pues para el cumple de Leti, Nai tenía preparado un panettone de naranja confitada y sí, pasas ....

Pregunta a ver si mejor en bizcocho, que se disimulan ... Nooo, ¡eso es peor
Se acaba generando el grupo propasas y grupo antipasas.

Autores: Paula Arrondo, Sara Cuello, Naiara Mora, Verónica Morales, Aina Quintana, Laura Ramos, Leticia Roanes e Isabel Salillas
Profesor acompañante: José Luis Olleta

lunes, 18 de diciembre de 2017

Día 18 de noviembre de 2017 - Noche de encierros

Antes de salir hacia la aventura decidimos sacar una foto para el recuerdo de antes y después.


Pensamos que sería guay llamar a las furgos Gato negro / Panda rojo ideal para códigos si tuviésemos Walkie Talkies. Al llegar montamos el resto del chiringuito y nos pusimos a la espera. A lo lejos por el Noreste se veía una polvareda, pensábamos que eran las ovejas - resultó ser un todoterreno (jeje).

Unos instantes después del confuso momento avistamos el rebaño por el mismo camino... IM-presionante (en dos palabras - Ismael).

Se le oía a Fran ‘¡Arriau, riau! ... ' junto al espectáculo en el Pozo de la Serna. A la luz de la hoguera nos describe su experiencia con la vereda y 'Pasa 'l agua'.


Los pastores Ismael, Vidal y Urbano nos explican que, para cazar una liebre, como la que nos enseñaban, te tenías que dar en la espinilla, que huele la sangre y la chupe, entonces aprovechas a darle un garrotazo.



Cabretillas - por el calor, Sabañones - por el frío. Cena suculenta, exquisita y abrasadora (algunos nos quemamos, simplemente por no esperar a que esté frío, de lo bueno que estaba).

Fuimos invitados al bar del pueblo, y tras Pacharán y Cola Cao's a las tiendas nos volvimos junto a lo que quedaba de hoguera. Al poco, se escuchan cencerros, muy cerca, demasiado cerca de las tiendas y de repente ' … ¡Eh, eh que se han escapau las oveeejass

Algunas salen de las tiendas a ayudar, sin poder encender las linternas por miedo a alumbrar las ovejas. Al final (tras una hora de intentos) gracias a los perros y pastores se consiguen volver al redil.

Autores: Paula Arrondo, Sara Cuello, Naiara Mora, Verónica Morales, Aina Quintana, Laura Ramos, Leticia Roanes e Isabel Salillas
Profesor acompañante: José Luis Olleta

viernes, 15 de diciembre de 2017

Día 17 de noviembre - Barreros (Alto de Alhambra)

Último día en la vereda para nosotros, última mañana en amanecer con los pies congelados y la nariz roja por el frío, junto con esas tremendas ganas de salir de la tienda para ir a calentarnos en la hoguera. Sabíamos perfectamente que lo echaríamos de menos. Nos quedaban pocas horas para dejar de ver a la Merina de los Montes Universales, y volver a rodearnos de a la que tanto estamos acostumbrados, la Rasa Aragonesa.

Emprendimos el camino hacia Alhambra, todo transcurría con normalidad. Lamentablemente la presencia de basura y escombros volvía a acompañarnos durante varios tramos de la cañada. Cada vez era más evidente el cambio de paisaje, conforme nos íbamos adentrando en Sierra Morena. Habíamos dejado atrás las llanuras y los viñedos para introducirnos de pleno en la montaña y los campos de olivos.

Todos ya nos movíamos como pez en el agua, éramos como una pequeña familia, o grande según se mire, teniendo en cuenta que nuestras primas eran tres mil ovejas. 


Tras unas horas de caminata, ya se podía ver de lejos Alhambra, lo que significaba que el final de nuestra vereda estaba cerca. Bajando por un cerro, ya se divisaban las furgonetas y el coche de Urbano. Marian fue una de las primeras en llegar, ¿será por qué le habían chivado lo que Urbano había preparado para almorzar? ¡Gachas! Después de escuchar la receta una y otra vez, y haber pedido otras muchas que nos cocinaran esta tradicional comida pastoril ¡nos las habían preparado! Todos entusiasmados comenzamos a comer y no quedó ni gota. 

Había llegado el momento, y tocaba despedirse, ellos seguían con su camino y no podía echarse la noche encima. ¡A por la última semana, no queda nada!

Autores: Blanca de la Hoz, Jose Carlos García, Ainhoa Gil, María Guillen, Nuria Lasheras, Andrea Naval, Jose Antonio Ventura y Sara Vidal.
Profesores acompañantes: Marian Ramo

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Día 16 de noviembre de 2017 - Perdigueros (Alto de Ruidera)

Por la mañana, la marcha iba a la par de la carretera de El Tomelloso. En el camino tratamos a una oveja por cojera con oxitetraciclina.

Esta vez se unió a la marcha un afamado cabrero de Albacete, Leandro, que tiene cabras serranas negras. Nos estuvo contando su forma de trabajar con las cabras, como los ahijaba, el número de cabras que tenía, etc.

Tras una buena caminata entre romero y tomillo, de un agradable olor, pero muy poco válido para que comiesen las reses, llegamos a Ruidera, la ciudad esperada desde el día anterior. Una vez llegamos a la entrada del pueblo, pararon las ovejas hasta que la guardia civil les dio permiso para empezar a cruzar. Fue una imagen muy bonita y bucólica ver como se llenaban las calles con un manto de ovejas, ver la cara y las expresiones de aquellos niños en brazos de sus padres. Tuvimos que ir detrás de ellas arreándolas para que anduviesen, debido a que las calles estaban llenas de sal y se paraban a lamer la sal. 


Una vez en la laguna de las afueras, nos pusimos de nuevo manos a la obra…otra vez de nuevo un sencillo pero gratificante almuerzo. Esta vez nos deparó una grata sorpresa por parte de Leandro “el cabrero” y fueron sus dos cajas de miguelitos de La Roda, y tal como dice el refrán, “un buen dulce a nadie le amarga”, y mucho menos a algunas de nuestras integrantes femeninas del grupo.

Prosiguiendo el camino, José Carlos nos iba haciendo preguntas de botánica. Le daba igual si aprendíamos o no, la cuestión era que esa noche se sorteaba dormir en el colchón inflable. Nos enseñó el tomillo, romero, retama, esparteras, esparragueras trigueras, azafrán silvestre, enebros y todo tipo de plantas que se iba encontrando. Al final el agraciado colchón le tocó a María y Andrea por sorteo a pito pito gorgorito, pero bueno como dice el refrán “nunca te acostarás sin saber algo nuevo” y fue buena la intención de José.

Otra incidencia grave que encontramos durante el trayecto de por la tarde fue la gran cantidad de cristales que con el sol de cara reflejaban y parecía que estábamos en la playa, pero es un factor muy peligroso tanto para los animales como para la flora.


Llegando al hato, mientras las ovejas careaban un rastrojo de cebada con mucha amplitud y contemplando un magnífico atardecer con la máxima tranquilidad y relajación que pueda existir, José Carlos que iba a su bola con el burro y arreándolas para que no se quedase atrás ninguna, observó y escuchó un fluido compás de notas que nada tiene que envidiarle a la filarmónica de Londres. Allá por encima del cerro aparecían Marian, Mery, Blanca, Ainhoa y Ventura. Cada uno nos deleitó con una melodía diferente para arrear a las ovejas “ale ale”, “iiiii”, “ veeenga oveja”, “ui ui ui  aaaaiii”, “vamonoo palante”.. todo un espectáculo digno de admiración entre aquel bello atardecer.

Autores: Blanca de la Hoz, Jose Carlos García, Ainhoa Gil, María Guillen, Nuria Lasheras, Andrea Naval, Jose Antonio Ventura y Sara Vidal.
Profesores acompañantes: Marian Ramo

lunes, 11 de diciembre de 2017

Día 15 de noviembre de 2017 - El Barranco de la Vieja (Tomelloso)

Tras otra noche fría, volvimos a despertarnos gracias a Problemas. Cogiendo fuerzas para el trayecto con las ricas magdalenas y galletas que nos trae Urbano, aprendimos otro refrán: “Choto que de noche nace, no pace y si pace, fuerte (o buen choto) se hace”.

Ya por la mañana, unos metros más adelante pudieron abrevar las ovejas, y fue ahí donde perdimos mucho tiempo y se fue atrasando el trayecto de los consiguientes días.

Durante la marcha, tuvimos la oportunidad de visitar a los “correprisas” y su explotación de ovino de leche de la raza Manchega. Además, pudimos contemplar a sus maravillosos machos.



Por el camino Vidal nos enseñó recetas de comidas pastoriles: gazpachos típicos de la Sierra de Albarracín (hechos con una torta de pan llamada sollapas), gachas, empedrao (garbanzos, arroz y conservas del cerdo), caldereta, somarro (para frito: media oveja, se deshuesa entera y la carne se queda hecha tipo un manto, se le añade aliño, se deja adobar dos días y se tiende al sereno) y salón (para crudo y hay que tenerla más tiempo en curación) 

Ese mismo día tuvimos alguna que otra incidencia. Nuestra amiga Blanca y su aguda vista cual lince ibérico se dio cuenta de que una oveja estaba “meando raro”, ya nos acercamos los demás integrantes y observamos que se trataba de un aborto, fue entonces cuando Marian y José Carlos, sin pedir permiso, solo por su criterio sanitario, decidieron ir a cogerla con el gancho y tratarla con oxitetraciclina.

Otra incidencia que hubo ese día fue una cordera que cojeaba de manera exagerada. Cuando la atrapamos nos dimos cuenta que tenía una lesión antigua de algún posible enredo con un alambre y llevaba la extremidad bastante inflamada. Lo que se hizo fue tratar con antibiótico y corticoide para aliviar la inflamación y la infección.


Esa misma noche hubo una grata sorpresa por parte de nuestro hatero “el tio Domingo” más conocido como Urbano. Nos hizo para cenar algo rapidito y digno de admiración de la mejor tienda de nutrición y dietética; careta, panceta, chorizo y morcilla a la brasa. Ya con el estómago caliente, algunos no se conformaron con eso, y tuvieron que calentar agua en las brasas. Muchos pensábamos que sería para una infusión porque les habría sentado mal la cena, y no, era un invento de cola-cao de Marian, agua con cola-cao y leche condensada, y lo mejor es que tuvo unas cuantas discípulas que lo hicieron.


Autores: Blanca de la Hoz, Jose Carlos García, Ainhoa Gil, María Guillen, Nuria Lasheras, Andrea Naval, Jose Antonio Ventura y Sara Vidal.
Profesores acompañantes: Marian Ramo

sábado, 9 de diciembre de 2017

Día 14 de noviembre de 2017 - El Corral de Picante (Tomelloso)

Esta vez amanecimos unas horas antes con el canto de los gallos. La marcha consistía en rodear Socuéllamos (refrán de Urbano; “venga andar, venga andar y Socuéllamos siempre a la par”). Esta vez andamos más que ayer, por la mañana 14 km y por la tarde 12 km. Por el camino, cruzamos dos carreteras y cazamos un conejo.

Las ovejas debido a lo que comieron el día anterior, casi todo fueron uvas, hubo alguna que terminó empachándose, las cuales se notan por su marcha “envarada” y además les cuesta seguir la marcha del rebaño. Por ello, algunas fueron tratadas con oxitetraciclina y dexametasona, y con éxito se solucionaron.

Durante esta marcha los problemas que vimos fueron nuevamente un puente estrecho y el AVE que pasaba por encima. Además, la presencia de alambre de los vallados de las cosechas que ocupan parte de la Cañada, hicieron que dos de las ovejas quedaran atrapadas, una de ellas perdió el crotal, y la otra quedó enganchada por el cuello.


En cuanto a los hateros, tuvieron los mismos problemas que ayer, el suelo era muy duro para hincar las piquetas de las tiendas y había muchas piedras las cuales hicieron su efecto terapéutico en las contracturas de alguna que otra espalda.

Por el camino nos encontramos con un antiguo y conservado refugio de pastores manchegos, el cual tiene forma de bóveda o cúpula, toda ella fabricada con piedra.

Vidal nos ha contado las peculiaridades de su rebaño. Nos explicaron los distintos tipos de cencerros, tales como: cañón/arranquera, arrieras, trucas, ticotas, cencerros, cencerrillos, cascabeles, etc, y que el conjunto de ellos se llama alambres.

Además, Marian nos enseñó un antiguo ritual pastoril para la curación de las verrugas, el cual consistía en coger un hueso que fuese viejo, que te lo has de untar en la verruga, luego se deja el hueso en el mismo sitio y posición en el suelo y se debe dar tres vueltas sobre el hueso en dirección a las agujas del reloj.

Vidal nos explicó que las ovejas que eran sospechosas de no quedar gestantes les colocaba un cencerro. Esto tiene su explicación, y es debido a que suelen ser ovejas “machorras” y se trata de una infertilidad de carácter genético. Por esa razón esa oveja estará gorda y lustrosa y al colocarle el cencerro es más fácil identificarla si ha parido o no. Además estos animales suelen estar más gordos y soportan mejor el peso de un cencerro de mayor tamaño.

Al final del día, tuvimos otro problema. Cuando llegamos a nuestro hato nos dimos cuenta que los pilones que había estaban vacíos, por lo que las ovejas no pudieron beber agua.

Autores: Blanca de la Hoz, Jose Carlos García, Ainhoa Gil, María Guillen, Nuria Lasheras, Andrea Naval, Jose Antonio Ventura y Sara Vidal.
Profesores acompañantes: Marian Ramo

jueves, 7 de diciembre de 2017

Día 13 de noviembre de 2017 - Titos (Socuéllamos)

Al amanecer el rebuzno de Problemas nos anunció el comienzo del nuevo día. Emprendimos la marcha hacia Socuéllamos, esta vez con más aire y frío que ayer, con el consiguiente problema de que en esas infinitas llanuras no existía ni un solitario árbol para resguardarse.

Por el camino, encontramos una importante incidencia en la cañada, y fue que entre mojón y mojón no había el espacio que tendría que haber, debido a que estaba invadido por cultivos.

Justo antes de llegar a almorzar, nos encontramos un melonar (cultivo de melones) y pudimos recoger todos los que quisimos para deleitar nuestros paladares con un dulce sabor a melón manchego.

Los hateros por la mañana hicieron la compra y por la tarde montaron las tiendas con dificultad por el aire. Proseguimos la marcha y a la llegada del paraje de Titos cruzamos un puente, donde nos encontramos otro problema, su estrechez, el cual hizo que se retrasara el paso. Por otro lado, las ovejas sedientas debido a la comida tan seca que este año nos acompaña, para saciar su sed se lanzaron al agua, donde nuestro compañero José Carlos tuvo que bajar a ayudarlas.

Al atardecer, alrededor de la hoguera, Vidal nos relató los 5 mandamientos de los pastores:

1.     Comerse el mejor cordero.
2.     Comerse con las ovejas el mundo entero.
3.     Saber comer sopas en el caldero (cuchará, paso atrás y tuuuso fuera).
4.     Comer hasta después de harto.
5.     No decir la verdad ni a Cristo.


Autores: Blanca de la Hoz, Jose Carlos García, Ainhoa Gil, María Guillen, Nuria Lasheras, Andrea Naval, Jose Antonio Ventura y Sara Vidal.
Profesores acompañantes: Marian Ramo

domingo, 3 de diciembre de 2017

Día 12 de noviembre de 2017 - Las Pedroñeras

Tras un duro y largo viaje camino a las interminables y llanas tierras manchegas llegamos a nuestro destino, la más afamada tierra de los ajos, Las Pedroñeras. Allí estaban los tres incondicionales y Problemas, con un gran banquete.

Pasado el medio día emprendimos la marcha, camino a la ermita de San Isidro Labrador, en la cual tenían montado el hato. Nos sorprendimos bastante al ver el número de basuras que encontramos durante el trayecto de la cañada, tales como, escombros, latas, botellas e incluso váteres.


Siguiendo el rastro de tres mil reses lanares, seis perros careas, dos mastines y un burro, comenzamos nuestra aventura en la vereda, sorprendiéndonos con las amplias llanuras de Castilla y sus majestuosos viñedos, de los que siguiendo los consejos de Vidal probamos sus frutos. Ahí empezó nuestra degustación vinícola que, más tarde seguiríamos degustando pero esta vez no precisamente de la planta, sino más bien de la afamada bota “Irene”, porque le aprietas el culo y te da todo lo que tiene.

A mitad de camino se incorporó un manchego y la Guardia Civil ayudó a cruzar la carretera de Las Pedroñeras. Al atardecer llegamos a nuestro destino, donde nuestros hateros nos prepararon el campamento. Había un antiguo corral para vacas con un abrevadero donde las ovejas bebían y algunas caían, debido al amontonamiento e intentar saciar su sed, las cuales hubo que rescatar con destreza.


Ya con el aperitivo en el estómago, vimos aparecer uno de los famosos calderos de Urbano, al cual nos aferramos como si nos fuese la vida en ello. Con el estómago caliente llegó el momento de reunirse alrededor de la lumbre, donde cada cual contó sus vivencias, mientras Ismael nos deleitaba con su canción “La hoguera”.

Esa noche éramos uno más, nos acompañaba Antonio, “el lechero” que nos habló un poco de su profesión y de su blog, “Las grullas pasajeras”. Además nos mostró un capítulo de los cuadernos de la trashumancia en los cuales se relata la historia de la trashumancia desde sus inicios.

El tiempo pasaba muy rápido bajo un manto de estrellas y el cansancio se apoderó de nosotros, y como dice el refrán “cada mochuelo a su olivo” así pues, cada uno se retiró a sus aposentos que nada tiene que envidiarle al hotel Boston.

Autores: Blanca de la Hoz, Jose Carlos García, Ainhoa Gil, María Guillen, Nuria Lasheras, Andrea Naval, Jose Antonio Ventura y Sara Vidal.
Profesores acompañantes: Marian Ramo

jueves, 30 de noviembre de 2017

Día 11 de noviembre de 2017

Para comprender el desarrollo del último día de vereda, debemos remitiros a lo momentos compartidos la noche anterior. No podíamos pasar por alto el tremendo cariño que les habíamos cogido a los pastores durante estos días, por lo que quisimos hacer algo para recompensarles todo lo que nos habían aportado. Por eso, decidimos hacer una pequeña ‘’gala’’ final en la que, mediante bandas conmemorativas, les atribuimos un título a cada uno de los pastores y a cada profesor, todo ello acompañado de un precioso discurso para cada uno. 

Una vez finalizadas las formalidades, no quedó más remedio que despedirnos del ambiente de la hoguera con una ‘’celebración’’ entre nosotros. Recordamos las anécdotas, compartimos nuevas historias y en definitiva aprovechamos los últimos momentos juntos. 

No obstante, la magia de la hoguera es muy poderosa, y algunos de nuestros integrantes sufrieron efectos secundarios de etiología desconocida. En cierto momento de la noche, algunos miembros del rebaño desaparecieron en la oscuridad para preocupación nuestra, y aunque tuvimos que hacer alguna que otra RCP con la única luz de nuestros frontales, al final todo el mundo (o casi) llegó hasta su saco de dormir sano y salvo. 

Cuando nos despertamos casi que olvidamos las bajas temperaturas matutinas debido a la tristeza que nos producía saber que iba a ser nuestro último desayuno. Gracias al Universo, Pepe El Biólogo nos trajo bollería recién salida del horno, por lo que al final todo fue menos traumático. 


Un último vistazo al rebaño y al paisaje, últimos pasos por la vereda y de vuelta a las fragonetas, rumbo al Norte y a la rutina. 

La noche anterior aún seguía presente en el interior de nuestros compañeros por lo que a medio día se hizo una parada de emergencia para recuperar la estabilidad y superar los mareos propios de las carreteras conquenses. Un último bocata y tras una breve siesta llegamos a la Facultad. 

Ver a nuestros compañeros, con la ilusión de partir al día siguiente, nos rompió un poco los corazones, pero al final la felicidad de todo lo que habíamos compartido era tan grande que volvimos a casa con una sonrisa y con el alma llena de nuevos amigos y recuerdos. 


Autores: Adrián Arroyo, Oihane Jauregui, Adrián López,  Sergio López, Mar Martínez, Julia Plaza y Ana Rodríguez
Profesores acompañantes: Delia Lacasta y Emilio Magallón

martes, 28 de noviembre de 2017

Día 10 de noviembre de 2017

Tras una noche especialmente fría, sacudimos la escarcha de nuestras tiendas y emprendemos rumbo. Por fin dejamos atrás la incómoda vereda de 20 metros de anchura y podemos observar perfectamente el tramo del camino en el que vuelve a su anchura correcta, 75 m. Lo hemos comprobado con nuestros propios pasos.


La mañana de hoy, a pesar de constar de un paisaje típicamente manchego que llamaba bastante la atención, ha sido una de las más duras a nivel de climatología. El frío no era demasiado fuerte, pero el viento era incesable y golpeaba nuestros cuerpos sin descanso. 

Las ovejas estaban tranquilas pastando, por lo que para ellas la mañana podría considerarse tranquila y exitosa, pero nosotros tuvimos que ir haciendo pequeñas pausas al sol para reponer fuerzas. Tras incontables colinas y ráfagas de viento que amenazaban con despegarnos del suelo, por fin divisamos a los hateros al fondo esperando con el almuerzo recién hecho.

Intentando que la comida no volara de nuestras manos y haciendo mucho esfuerzo por dirigir el chorro con efecto de la bota, nos comimos lo que tocaba (en este caso unas deliciosas tortillas caseras traídas muy amablemente por una vecina) y volvimos al camino, que lo reemprendemos con un vendaval aun mayor, que levantaba una gran polvareda que ha cubierto tanto nuestras caras como nuestra ropa de arena caliza. 


A pesar de que el recorrido era el más corto hasta ahora, nos hemos dedicado a zigzaguear para poder aprovechar todo el rastrojo posible y que las ovejas pudieran comer en condiciones. Una vez abandonada la planicie, llegamos a un río para que los animales pudieran saciar su sed, pero al intentar que lo cruzaran tan solo un tercio consiguió llegar al otro lado, puesto que las demás se negaban rotundamente a meterse en el agua sabiendo de antemano que había un camino seco por el que cruzar... (los pastores querían que atravesaran para que bebieran). 


Cuando se cortaron de pasar, incluso tras el arduo esfuerzo tanto de los pastores como de los perros, solo los machos cruzaron, pero ahí quedo la cosa. Finalmente nos rendimos y cruzaron por el puente ante nuestra impotencia.

Nota hateros: A ritmo de reggaeton lento hemos montado el campamento. Esta tarde tuvimos que ingeniárnoslas para, en previsión de una noche de fuerte actividad y conversación, alejar las tiendas un poco de la hoguera para no molestar a las personas con sueño ligero. Tras una intensa construcción, apareció por el horizonte un rebaño de ovejas muy curiosas, pues eran raza manchega negra, muy raro de ver. Estuvimos hablando con el pastor que las llevaba, pues era un rumano muy simpático que nos contó cosas sobre su explotación (ecológica y semi-extensiva, de leche). Además, nos hizo una demostración del poco caso que le hacía su perro pastor Yako, aunque a las ovejas sí que las llevaba muy bien. 

Autores: Adrián Arroyo, Oihane Jauregui, Adrián López,  Sergio López, Mar Martínez, Julia Plaza y Ana Rodríguez
Profesores acompañantes: Delia Lacasta y Emilio Magallón

domingo, 26 de noviembre de 2017

Día 9 de noviembre de 2017

En el día de hoy queremos subrayar la labor de las perras y perros que permiten que se realice esta aventura. Su trabajo es totalmente imprescindible, sino todos nosotros estaríamos perdidos entre tanta oveja desperdigada. Cada vez que uno de los pastores manda ordenar el rebaño nos quedamos hipnotizados sin remedio ante semejante belleza y eficacia. Por la mañana al salir de la tienda antes de ir a desayunar nos ponemos a acariciar a Komanechy, Lili, Tibelius, José Ángel, la Jessie, Huelechochos, Margarita y Faustina. 


Atravesando las colinas conquenses, hay una amplitud de pastos en la cual, gracias a estos animales, las ovejas pastan tranquilas y protegidas de cualquier peligro. Sin embargo, este recorrido, de más kilómetros de lo habitual, ha estado marcado por un estrechamiento de la vereda, la cual se llenaba de piedras que aumentaban la dificultad de la etapa. Hemos pasado muchas carreteras y hasta una autovía (aunque por suerte por debajo). Por fin llegamos al alto donde íbamos a almorzar unos riquísimos huevos fritos. Además, tuvimos la suerte de vernos acompañados de los paisanos del lugar que aprovecharon para compartir historias sobre sus animales mientras disfrutábamos juntos de la comida. 

Por la tarde el camino se alargó bastante, y siempre con una vereda llena de piedras que complicaban nuestros pasos. Menos mal que llegamos a una fuente en la que las ovejas pudieron saciar su sed y alguna incluso pegarse ¡un baño! 


El viento, el sol y el frío aumentaban la sensación de cansancio de nuestros compañeros, pero por fin nos juntamos todos en el nuevo campamento. Cayó la noche y con la oscuridad vinieron unas visitas, dos profesores de Madrid que pasaron la cena y la noche a nuestro lado. Todos alrededor de la sartén devoramos un riquísimo arroz con pescado que nos devolvió las calorías que habíamos perdido durante el día. Salieron a la luz temas como la importancia de la trashumancia en ámbitos como la ecología y el paisaje ibérico. La biodiversidad nacional tal y como la conocemos no sería la misma sin el paso de millares de animales durante años atravesando de una punta a otra la Península. La conversación fue muy interesante, pero el cansancio pudo con nosotros y ni siquiera un licor de hierbas pudo impedir que nos fuéramos a dormir temprano. 

Autores: Adrián Arroyo, Oihane Jauregui, Adrián López,  Sergio López, Mar Martínez, Julia Plaza y Ana Rodríguez
Profesores acompañantes: Delia Lacasta y Emilio Magallón