lunes, 29 de diciembre de 2014

Día 5 de noviembre

Amanece en el campamento, aunque para algunas el “virus vereda” les ha hecho pasar una de las peores noches al raso. Como dice Carlos: los buitres empiezan a rodearnos. El día comienza nublado, pero con el desayuno y el café que nos prepara Ismael intentamos coger fuerzas, hoy será importante. Además, el último de nuestra mini-vereda.

Realizaremos un recorrido un tanto especial, corto, pero no por eso menos complicado. A escasos metros de recoger nuestro campamento, el primer obstáculo, pasar la autovía A-40 por debajo, a través de un túnel. Vidal nos da las directrices para hacerlo correctamente, despacio y con calma, para evitar que las ovejas se asusten, se amontonen y no se provoque un tapón. 

Paso bajo la autovía

Continuamos caminando cerca de Cuenca, por primera vez vemos un cartel un tanto adornado que señala la Cañada Real, en este caso llamada de Rodrigo Ardaz, aunque no se sabe el origen de esta denominación. 

Vía pecuaria

Las ovejas a su camino van pastando sin pausa pero con prisa, nos llama la atención la rapidez con la que lo hacen, y siempre que tenemos ocasión nos quedamos hipnotizadas mirándolas, las cabras siempre nos sorprenden, la facilidad para ponerse sobre sus dos patas traseras, mantener el equilibrio y ramonear. Ambas disfrutan de las ricas bellotas fruto de las encinas conquenses, ¡se ponen las botas! La labor que realizan de limpieza en el monte y de fertilización de todo campo, valle por el que pasan estos animales queda muy clara, son imprescindibles para mantener el equilibrio entre la naturaleza y la acción del hombre. 

El pastar de las ovejas

Locas por las bellotas

Las bellotas, el tesoro de las encinas

Vidal nos comenta que a la hora de comer, tendremos un nuevo integrante en el grupo. ¿Quién será?

Mientras las merinas descansaban un rato, presenciamos un momento muy emotivo, Problemas se encontraba solo entre las ovejicas y de repente rebuznó de un modo característico, Vidal nos puso en sobre aviso, que estuviésemos atentas por lo que iba a ocurrir después. Centinela que estaba en lo alto de la colina echó a correr campo a través, haciéndose paso entre las ovejas para encontrarse con el burro y hacerle compañía, demostrando la conexión especial existente entre ambos. 

Vidal, con Margarita y Jose Angel, posando con su rebaño

Tras descansar un rato a la lumbre del pastor (“cuando se va la mejor”), nos mentalizamos para el momento más crítico, hacer un tramo de vereda por la carretera cruce entre la N-400 y la N-320. Antes de llegar, descendemos lo que parece un barranco que absorbe a las ovejas como si de olas de mar se tratara. La guardia civil nos estaba esperando, para cortar el tráfico de las tres entradas de la rotonda y de la circulación total de nuestro camino. Aquí delimitar el avance de las ovejas es vital porque pueden saltarse el quitamiedos o provocar un accidente si se desperdigan. La organización es básica, alguno acompaña a Ismael para dirigir el rebaño por delante, otros controlan los laterales y unos cuantos vamos por detrás. Problemas va sujeto por nosotros para que no cause ningún problema, como su propio nombre indica. Todo va mejor de lo esperado, sólo provocamos una pequeña retención de coches pero la gente lo comprende y nos respetó, hasta hicieron fotografías (nos sentimos como famosos). 

Entrada a la carretera, todos muy atentos

El rebaño motorizado en camino

Los guardias civiles cortan el tráfico

Nos dirigíamos hacia Albaladejito, una vez lo cruzamos, al seguir por nuestra vereda nos encontramos que está limitada por ambos lados por numerosas viviendas (chalets), incluso algún restaurante y pequeñas urbanizaciones. Pero digamos que estas construcciones no deberían estar ahí porque se interponen en el transcurso original de la vereda, cambiando su trazado. En algunas fachadas y muros observamos pintadas a favor de la trashumancia como: “sí a la Cañada Real o stop casas ilegales ". Pero este hecho no es aislado, es sólo uno de los obstáculos con los que tienen que lidiar los pastores trashumantes en su día a día. Además de la reducción de sus ayudas, la dificultad de arrendamiento de ciertas fincas o las fronteras sanitarias no aclaradas, entre muchos otros. 

Pasado el asfalto, de vuelta a la tierra

Por el camino perdemos a uno de los mastines, Cánovas, haciendo honor a su fama de conquistador, media hora después volvió, seguro que siguió el principio que tanto nos inculcaron: el rebaño nunca se pierde, los pastores sí.

Llegamos a nuestro último almuerzo, todo estaba ya preparado, y tuvimos dos invitados, viejos amigos de los pastores. Mientras tanto Javier fue en búsqueda del nuevo integrante del grupo, Pedro, familiar de Vidal, Ismael y Urbano. Los que aún resistíamos disfrutamos de la comida. Los enfermos ni fuerzas tenían. 

Almuerzo a medias

Descanso y siestecita durante la comida

Retomamos el paseo de la tarde. Pasamos por un pequeño pueblo, Cólliga. Vidal nos dijo con picaresca que nos pusiésemos guapas para la ocasión, que los mozos del lugar saldrían a rondarnos. Tal cosa ocurrió, pero los mozos no eran tan mozos, sino los mayores del lugar. Seguimos cruzando caminos un tanto embarrados y subimos la última cuesta, fue dura, larga, un tanto escarpada y con mucha pendiente. Pero la superamos, a pesar de que alguna tuvo que lidiar con Problemas y correr tras él por los campos, puesto que quería hacer de las suyas, despegándose del rebaño. Alguna oveja abortó tras subirla, Vidal les inyectó terramicina, las marcó y nos encargó su vigilancia. 

Los jóvenes de Cólliga salen a saludar

Vidal reposando un poco al sol

La última cuesta se hace dura

Llegamos al campamento, en el que ya estaba todo preparado. Nos sentamos al calor de la hoguera, Teresa demostrando sus dotes veterinarias emprendió la resolución de un caso veterinario, tomamos los últimos apuntes y tras el aperitivo, todos listos para la cena. Para algunos fue una cena especial, porque era la primera vez que degustaban sardinas asadas a la brasa. Vidal nos enseñó a limpiarlas, para comerlas sin espinas (estaban riquísimas). Muchos se retiraron pronto, pero otros tantos no nos queríamos ir a dormir como un perro capado, nos quedamos arreglando el mundo, no queríamos que esta experiencia acabara.

Ovejas, cabras, perros, pastores, botas, bastón y amigos...

Autores: Núria, Lucia, Bea, Marta, Clara, Lara, Teresa y Javi

lunes, 22 de diciembre de 2014

Día 4 de noviembre

Amanece en el campo de golf y nos despertamos un día más gracias a Problemas, nuestro fiel despertador, y seguidamente se escucha a Ismael silbando. La noche ha sido lluviosa, y aunque colocamos las tiendas debajo de unos grandes pinos, están mojadas, así que recogerlas ha sido un poco complicado sin acabar llenos de barro. 

Caminos de ovejas

Desayunamos y emprendemos el camino mientras los hateros se van a comprar; de momento la mañana va aguantando, el suelo está embarrado pero por lo menos no llueve. A media mañana nos encontramos con ellos y nos dieron apoyo para pasar con todo el rebaño por un túnel algo estrecho para cruzar la carretera. 

Avalancha de ovejas

Vidal nos explica que la cabra mocha es aquella que le falta un cuerno, la muesa es la más pequeña, y que las aguaderas van en la albarda.

Rebaño= 800 ovejas = 1 caldero

Comimos en el río, bueno, los que comimos, porque alguna estaba un poco "averiada", la comida fue contundente; dos docenas de huevos revueltos, embutido y fruta. Emprendemos el camino y no han pasado dos minutos, empieza a gotear y de repente a granizar. Nos refugiamos todos (incluido Problemas) en el paraguas de Vidal, él mismo decide parar y esperar un par de minutos a que pare un poco ya que apenas se ve y hay que cruzar una carretera. En poco tiempo hemos acabado casi todas "chipiadas". 

Selfie

Bajo la lluvia


Emprendemos camino ahora si muy embarrado, dejamos comer un poco a las ovejas y entramos en zona arbolada, hace frío por lo que Ismael a la cabeza del rebaño decide parar; hace una pequeña hoguera para calentarnos y continuar el trayecto, durante la pausa vemos un grupo de grullas pasar. Es una zona boscosa y un poco escarpada, pero después de nuestra primera etapa cualquier cosa es fácil.

A la llegada al campamento empieza a levantarse aire, dormimos en lo alto y sin apenas vegetación, así que hasta que comenzamos a cenar nos juntamos bien en la hoguera.


Cenamos todos los que no estamos averiados (que ya somos pocos), después de cenar nos quedamos en la hoguera para calentar y comentar novedades del día, estamos hablando tranquilamente y de repente llega un coche de la guardia civil con las luces azules encendidas (que por poco no se lleva las tiendas de campaña por delante); la carretera está prácticamente pegada por lo que creemos que han debido de ver el fuego al pasar con el coche. Se baja muy decidido y nos pregunta que hacemos allí; a lo que Vidal contesta: “pues unos pastores trashumantes”, solo ha bajado un guardia civil que comienza a contarnos su vida deportiva, le invitamos a tomar algo, a lo que se niega rotundamente, tras unos minutos conversando y pese a haber parado el coche a escasos metros del rebaño nos pregunta que dónde están las vacas, a lo que responden que no son vacas, si no 3000 ovejas. 

Paisaje rural

También se queda sorprendido porque nos dice que aquí todos no son trashumantes porque llevando “las quechua esas” a lo que Vidal no tarda en contestar que ellos también llevan “Quechua” y que son lo mejor.

Kummanechi nos demuestra un día más su inteligencia porque decide hacerse un agujero en un arbusto protegido del viento y a dos metros escasos del fuego.

Durante la noche dos personas más empiezan con los síntomas….

Autores: Núria, Lucia, Bea, Marta, Clara, Lara, Teresa y Javi

viernes, 19 de diciembre de 2014

Día 3 de noviembre

Nos despertamos con la salida del sol, tras una noche de dormir en “cómodas” literas de madera, resguardados del frío, junto a los pastores Carlos, Ismael y Urbano, ya que Vidal había preferido irse al otro lado del refugio para estar más ancho.

Como todos los días, desayunamos café con leche al lado de la lumbre y seguidamente nos pusimos en marcha hacia el “pie de Cerrilloverde” donde almorzamos pan con embutidos.

Por el camino pasamos por “la tirá del rojo” y Vidal nos iba dando “clase” sobre las plantas silvestres que encontrábamos a nuestro paso. La más curiosa que nos encontramos es la planta con la que se hace el “te de roca”, ya que crece entre las rocas y que en estos momentos esta prohibida su venta en el mercado.

Té de roca

Más adelante nos contó el proceso de cómo se trasquila a las ovejas y de cómo se aprovecha la lana. Como ejemplo cogió un colgajo de lana de una oveja e hizo un hilo de casi un palmo de largo.

Seguimos andando y de repente nos encontramos con una pendiente de arena muy resbaladiza donde Lara intentaba subir sin llegar a conseguirlo. De repente, mientras lo seguía intentando, Lara miró hacia nosotras y vio que todas estábamos preparando nuestras cámaras para inmortalizar el momento de la “gran caída” que estaba a punto de suceder y sacando todas sus fuerzas, de un brinco por fin consiguió subir. 

La subida traidora

Pasamos por un campo enorme que parecía la pradera de Heidi. Era curioso como se podía observar las zonas por donde habían pasado las ovejas durante la vereda anterior ya que, las “cagarrutas” que van dejando sirven de abono, lo cual hace que la hierba crezca más.

Al poco rato de seguir con nuestra caminata… llegó el momento de la verdad!!! ¿Y cuál era esta verdad? Pues poder montar a ¡Problemas! Y ¿quién? o ¿qué era Problemas? Pues Problemas es un burro bastante tozudo que acompaña cada año a los pastores y que antiguamente lo usaban para trasladar el agua durante la vereda y al que no le gusta estar separado del rebaño, ya que parece sentirse como una oveja más. Actualmente ya no transporta agua sino que sencillamente les acompaña para no quedarse en el establo durante mucho tiempo.

La primera en montar a Problemas fue Marta, ya que ella está más acostumbrada a montar caballos y tiene más experiencia. 

Experiencia con Problemas

La segunda en montar fue Núria, que lo cogió con tanto ímpetu que se “trasconejó”, en palabras del pastor, hasta el punto que casi se cae de cabeza por el otro lado del burrito.

Más adelante, cuando el terreno volvía a ser el adecuado para poder montarlo, subieron Clara, Lara y Bea. Terminamos todas felices de haberlo montado y nos echamos unas risas. Problemas ya se estaba cansando de marearle y le dejamos estar un rato.

Más tarde, antes de parar, pasamos por unos pinares resineros y nos alucinó el método de la recogida de la resina.

Pinos resineros

Después de caminar durante 22 kilómetros a paso de oveja, llegamos al campo de golf de “La Cañada del Cerrajal”.


En este punto el cercado de las ovejas es fijo y en su interior la hierba mide aproximadamente medio metro de alto. Vidal nos contó que en años anteriores cuando iban a recoger las ovejas por la mañana para empezar a andar, al haberse comido, éstas, la hierba, aparecían pelotas de golf que el día anterior no se veían.

Ya son las 19h y una vez encerradas las ovejas, llega la hora de cenar, para ello hay que encender la lumbre, cosa que ya han hecho los hateros.

Los hateros (que así se les llama a las personas que se encargan de trasladar el material en vehículo de un punto a otro y los que hacen las compras de la comida, así como de montar y desmontar el campamento cada día) ya han montado las tiendas de campaña bajo los pinos, han preparado el cercado para que las ovejas puedan pasar la noche y han encendido la lumbre, (hoy les toca hacer de hateros a Urbano, Javi, Bea y Lucia). 

La Cañada del Cerrajal

Para cenar tenemos chorizo, carne a la brasa y cortezas, y…. empiezan los primeros síntomas del virus ¡J.VEREDA!! Lucia apenas cena, tiene dolores de tripa.


En círculo alrededor de la lumbre como cada noche, nos sentamos a hablar entre todos, Ismael empieza con sus poemas, Vidal con sus dichos y Carlos con sus risas. 

Cena en familia

Justo terminar de cenar, empieza a llover y todos corremos a las tiendas y a dormir con la tripa llena.

Entonces a media noche el virus ya empieza a hacer el efecto a las primeras infectadas. Núria pasa toda la noche vomitando entre los pinos, mientras todas las ovejas la miran con esos ojos verdes que se les ve cuando por la noche les enfocas con la linterna. ¡Da mucho miedo!

EL VIRUS YA HA EMPEZADO y pocos se salvarán…

Autores: Núria, Lucia, Bea, Marta, Clara, Lara, Teresa y Javi

jueves, 18 de diciembre de 2014

Día 2 de noviembre

Esa noche no pasamos mucho frío, las tiendas estaban montadas entre unos árboles que nos protegían del viento. 

La loma atravesá

Al levantarnos salimos todos de las frías tiendas y nos reunimos en el fuego recién encendido que nos prepara Urbano, tomamos un café calentito y retomamos la marcha desde la "Loma Travesá", hoy nuestro destino son Las Majadas un municipio de la provincia de Cuenca.

La mañana trascurre tranquila, pasamos cerca del parque "del Hosquillo" conocido por albergar osos en semi-cautividad.

Como todas las mañanas caminamos junto a Vidal, cogemos mizclos (rebollones) y nos anticipa que esa misma noche debemos vestirnos con nuestras mejores galas para visitar el bar "del cabezón".

Esa tarde nos cruzamos por los caminos con algunos coches de domingueros que vuelven de disfrutar del día en el campo. 

Ovejas entre coches

Tras haber caminando todo el día nos acercamos al refugio donde dormiremos esa noche, allí nos esperan los hateros Urbano, Javi y Lara. Nos sorprende lo que nos encontramos ya que este refugio es bastante nuevo y muy amplio. En su interior hay literas, una mesa y una chimenea, donde por supuesto encendemos la lumbre para calentarnos. 

Las Majadas

Como no hay literas para todos se montan algunas tiendas en el exterior y nos reunimos para la cena, esa noche cenamos unas riquísimas patatas con garbanzos. 

Preparando la cena

Buena cena para entrar en calor

Seguimos practicando el beber vino con la bota, la mayoría ya empieza a dominarlo, pero alguna sigue teniendo problemas con la técnica y se tira el vino por encima. 

¡Bea aun tiene golondrinas!

Tras las canciones y poemas que nos recita Ismael a la luz de la lumbre, por fin vamos al bar "del cabezón" cumpliendo con la tradición, nos tomamos unos cafés y algunos más atrevidos unos cubatas. 

Visita al "cabezón"

Tras un rato muy agradable volvemos al refugio a descansar. 

"La lumbre del pastor cuando se va la mejor´".


Autores: Núria, Lucia, Bea, Marta, Clara, Lara, Teresa y Javi

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Día 1 de noviembre - Comienza la vereda

Amanecemos en el frontón de Guadalaviar bastante temprano sabiendo que son nuestras últimas horas con comodidades y acudimos a desayunar temprano, cargamos energías y bajamos a “Los Chorros”, donde las familias se preparan para la despedida y nos ofrecen más desayuno, que aceptamos encantados. 

Primer encierro de la temporada de vereda

Por fin, tras algún que otro ataque de burros comenzamos la vereda sabiendo que el rebaño nunca se pierde, así que… ¡a seguirlo! 

Ataque de los burros

Durante las primeras horas vamos  conociendo a Vidal que nos empieza a dar consejos, y nos confiesa que tiene ganas de perdernos de vista, porque eso significará que ya ha llegado a su destino. Junto a él van José Ángel y Margarita, sus incansables careas que no dejan escapar ni a una oveja y que nos sorprenden desde el primer momento. También descubrimos sus peculiares “Whats apps” con Ismael, nos demuestran que con sólo unos silbidos son capaces de comunicarse en la distancia.

Vamos cogiendo la marcha, aunque tenemos la sensación de que Problemas  no quiere cogerla y tras una mañana de ascenso  paramos para nuestra primera comida en “El collao del aire “, allí empezamos a conocer a Urbano, Carlos e Ismael, pero se nota que aun no hemos probado mucho la bota de vino…

Mientras algunos seguimos al ganado junto con Carlos, Ismael y Vidal, los hateros (Núria y Javi) se dirigen hacia la “Loma Atravesá” donde montarán el pastor eléctrico e irán preparando la lumbre para pasar la primera noche. 

La lumbre del pastor

Van empezando las aventuras ya que por los caminos no es fácil pasar con los coches y a nuestros hateros casi se les pierde parte del hato al quedarse la furgoneta atascada y abrirse el maletero, mientras  Problemas por su parte le va dando razón a su nombre.

Al acabar el día nos juntamos todos a la lumbre, cenamos un riquísimo arroz caldoso de Urbano y comentamos las emociones del gran día, vamos  poco a poco conociendo nuevos refranes  y experiencias de los pastores.

Primera cena en el monte

Cuando nos vamos a descansar empieza el turno de trabajo de Rompe y Cola, nuestros ya queridos mastines.

Autores: Núria, Lucia, Bea, Marta, Clara, Lara, Teresa y Javi

martes, 16 de diciembre de 2014

Día 0 - El viaje -

Salimos la mañana del 31 de octubre de la universidad con la gran noticia de que no tenemos furgonetas, por lo que tuvimos que repartirnos como pudimos para llegar a Gea de Albarracin, donde Marian nos esperaba para dejarnos su furgoneta de trabajo y así salvarnos la vida. También agradecemos a Isabel, Olivia y Teresa que pusieron su coche para llevarnos hasta Guadalaviar. 

Tras la parada en Gea de Albarracín para cambiar el coche de Teresa por la furgoneta de Marian seguimos el camino hacia Guadalaviar en busca de nuestros pastores (Ismael, Vidal, Urbano y Carlos) y 3000 ovejas Merinas de los Montes Universales, unas cuantas cabras, perros y un burro con los que íbamos a compartir camino durante 6 días. 

Llegamos a tiempo de verlas bajar por el “Barranco del Judío”, ya que las cerraban en “los chorros” para pasar la noche. Tras la presentación de los pastores nos pusimos en camino hacia Guadalaviar, en cuyo frontón íbamos a dormir.

Bajada por el "Barranco del Judío"

Humi, la hermana de Vidal e Ismael nos hizo una visita guiada por el museo de la trashumancia y nos enseñó la diferencia entre la vereda y la trashumancia, nos contó como se trabajaba la lana, como eran y son (aunque ya pocos son los casos) los cortijos de los pastores.

Montamos las tiendas en el pabellón y fuimos a cenar al bar de Margarita donde conocimos a las familias de los trashumantes y escuchamos su historia en una sobremesa de lo más interesante, donde aprendimos lo duro que es este tipo de vida y nos pusieron en situación de lo que íbamos vivir los próximos días.

Nos fuimos a dormir ansiosos de empezar la vereda y con buena sensación de formar parte de esta gran experiencia.

Autores: Núria, Lucia, Bea, Marta, Clara, Lara, Teresa y Javi

viernes, 10 de enero de 2014

Día 24 - 24 de noviembre ¡Felicidades Tania!

El último día nos levantamos con las bromas de siempre y nos acercamos al fuego felicitando una a una a nuestra "compi" y cumpleañera Tania. El café se hace esperar y la gente tarda en recogerlo todo, pero aún tenemos que esperar más para empezar a andar. Esta mañana, las ovejas han empezado a parir. Sacan cuatro corderos y dos más de un parto gemelar del vallado. Vidal e Ismael aíslan a las madres y les colocan un cencerro para identificarlas mejor a la llegada y poder juntarlas con sus respectivas crías más fácilmente.

Última mañana (Elena Osuna)

Los pastores nos cuentan que las merinas tienen mayor aptitud maternal y que por eso producen más calostro. Así las crías pueden tomar la cantidad necesaria horas después de nacer cuando las reúnen con sus madres. Después de meter todos los corderitos en el remolque de Urbano, empezamos a andar. 

¡Corderitos! (Alba Ortega)

El recorrido matinal consiste en subidas y bajadas por la montaña. Comemos madroños, recogemos corcho, pasamos por una aduana para cazadores en medio del monte y finalmente llegamos a una casa junto a la cual nos esperan los conductores y Urbano, cocinando careta y unos buenos huevos fritos.

La última comida la compartimos con el chico que se va a casar con la hija de Urbano. La familia de la casa de al lado está preparando una matanza y nos ofrecen presenciar el sacrificio del marrano. Sólo Sara y Elena Vargas dejan el tocino frito para ir a ver sacrificar un cerdo negro de más de 200 kg sobre una mesa de piedra. Para terminar, le cantamos el cumpleaños feliz a Tania, tomamos unas pastas y nos despedimos muy emocionados de los pastores. 

Algunos amenazan con volver, otros contienen las lágrimas y los demás no sé qué hacen porque con tanta humedad en los ojos no se ve muy bien. Besos y abrazos para todos, agradecimientos a los pastores y las últimas fotos de equipo. 

Con lágrimas en los ojos (Pepe Múzquiz)

Nos subimos a los coches y nos dirigimos a Vilches donde tomamos un café con la mujer de Vidal, una señora muy maja con dos críos bastante cortados por la atención que se les presta. 

Al pasar a Ciudad Real paramos a comprar queso y miel (sobra decir que somos un grupo que no pasa desapercibido en ningún lugar ahora que hemos salido de la sierra).

El camino a Zaragoza es largo pero nadie parece querer que se acorte, excepto para un conductor que sólo pensar en la horrible semana que le espera se pone malo. Al contrario que en el viaje de ida, nadie se duerme. Hablamos, hacemos planes, nos perdemos y en el cuatro por cuatro rezamos para no tener que empujar el coche en caso de quedarnos sin gasolina. 

En la facultad nos espera el jefe de Héctor, el perro de Irena y un frío “aciercerado”. A las once de la noche cada pájaro está ya en su nido. “¿Pájaro que vuela?”…

Autores: Isabel Fernández, Sara Lorente, Ángela Martínez, Irena Montalvo, Alba Ortega, Elena Osuna, Marta Serrano, Elena Vargas

jueves, 9 de enero de 2014

Día 23 - 23 de noviembre "Un príncipe para Tania"

Urbano encuentra a Marta intentando avivar las cenizas del día anterior y Sara se les une poco después huyendo del frío. Tras una noche amenizada por la rave de unos cazadores cerca del campamento, nos levantamos a la llamada de Pepe "Por la mañana siempre siempre...". Habiendo desayunado, nos visita Jesús Garzón y mientras “redesayunamos” con unas porras que ha traído, nos habla de la trashumancia desde sus orígenes.

La caminata matinal es muy corta. En la parada de mediodía nos visitan unos científicos suecos que aprenden a beber en bota e intercambian cuatro palabras con algunas de nosotras. También se une Alberto, el novio de Marta, que nos acompaña hasta la noche. El tramo de la tarde pasa de plano a escalabrado. Subimos y bajamos por la montaña, encontramos esqueletos enteros de ciervos, afluentes y muchas encinas. Una oveja se queda atrás en la última subida por la montaña y Vidal nos dice que ya llegará con calma durante la noche. Al llegar a la cima en el "alto del cerro".

Héctor, Isa, Sara, David y Urbano han montado ya todas las tiendas y están preparando la ensalada.

A cuenta gotas vamos llegando y como cada tarde nos recogemos en círculo hasta que Vidal e Ismael encienden la lumbre. Tostando bellotas, para variar, aparecen dos hombres que Vidal identifica como los propietarios de las tierras que pastarán las ovejas en Vilches. Poco después, Marta y Alberto se despiden de todos con lágrimas en los ojos y Elena Osuna, Sara e Isa los acompañan en coche hasta el lugar donde habíamos almorzado y  Alberto había dejado el coche.

Durante el camino vieron muchos ciervos y muflones (porque salen sobre todo al amanecer y al atardecer). Al volver éstas, cenamos rancho con el conejo que “Gilipollo” había cazado el día anterior y una ensalada de tomate y ajo. Después de cenar, le cantamos a Tania el cumpleaños feliz porque cumple los “23” años. Tomamos trenza, champán y continuamos con whisky, orujo y demás bebidas similares.

La noche continua con risas, chistes y muchas bromas a “papá”. Mientras algunas echan el arrastre para pescar a Héctor, otras confabulan con Pepe para casar a Tania. Sara desvela su faceta fiestera. Aunque nos parecen las cuatro de la mañana, la fiesta termina a las 22:30. A pesar de que a algunas les cuesta más encontrar la tienda, pronto se empiezan a oír los ronquidos de la última noche.

Autores: Isabel Fernández, Sara Lorente, Ángela Martínez, Irena Montalvo, Alba Ortega, Elena Osuna, Marta Serrano, Elena Vargas